sábado, 7 de agosto de 2010

Rey, Reo, Rey.


( A todos aquellos que me inculcaron el amor a la Semana Santa , especialmente a Agustín González Hernández ( d.e.p ) , padre amantísimo y gran cofrade )


Mucho se ha escrito hasta el momento de la Semana Santa de Badajoz, considerada ya como un fenómeno social y cultural de primer orden, pero fundamentalmente por su razón religiosa, sin cuyo carácter carecería de sentido y mantenimiento.
Fe, arte y sentimiento se agolpan y nos dan la clave de nuestra Semana Santa, llenas de pasos de misterio, desde que triunfalmente Jesús, Hijo de David, entra en Jerusalén, hasta que humillado, coronado, condenado a muerte como reo, carga su cruz y muere clavado en ella bajo la leyenda de Rey de los Judíos y es enterrado hasta la luz de un amanecer.
Tres “R” se combinan en estos pasajes: REY, REO, REY
Son las primeras horas de la tarde, de una tarde soleada y luminosa del Domingo de Ramos. En la Plaza de Santiago Arolo aparece la figura de Cristo montado sobre un asno en la Triunfal Entrada de Cristo en Jerusalén y sin duda lo hace como REY: “ ¡ Alégrate Jerusalén. He aquí que a ti viene el Rey, justo y victorioso, pobre y montado en una asna !
Es el paso de “ La Borriquita “, sacra escenificación del reflejo de la historia. Griterío y risas, sobre todo infantiles, niños que empiezan su andar cofradiero bajo el ahogo de blancos capirotes. El ambiente festivo va a ser el preludio de la Pasión que ahora se inicia.
Jesús se aparta de sus discípulos al Huerto de los Olivos, Getsemaní, sabe las cosas que han de venir, teme y ora pidiéndole al Padre que le libere, pero acepta su voluntad. La respuesta del Padre es la llegada de un ángel que lo conforta . Es el momento de la entrega total y la obediencia. Lunes Santo, casco antiguo de Badajoz. Muchos siglos de nuestra historia contemplan el paso de Cristo Orando en el Huerto.
Madrugada, Jueves Santo. ¿ A quién buscáis ? – a Jesús Nazareno, - SOY YO.
Cielo de luna, luceros y estrellas. Paso del Prendimiento. Blanca ternura de anochecer, caricia suave de unas manos prisioneras. El proceso que ha de llevarlo a la muerte se inicia. Jesús, REO de no se sabe qué delito.
Caifás se rasga las vestiduras ante la manifestación de Jesús y es declarado reo. Injurias, escarnios, burlas y negativa del más firme de sus discípulos. Jesús comparece ante Pilatos. Interrogatorio de realeza y verdad. Sombra de duda, envío a Herodes. En la Plazuela de la Soledad ojos expectantes, sonrisas interrumpidas, espalda desgarrada y sangre redentora. Misterio de dos pasos: flagelación ( cruel e inhumano suplicio ), corona de espinas entretejida, caña por cetro y manto. ¿ No hay ni una sola golondrina que pueda arrancar las espinas que empiezan a clavarse ? Ecce Homo.
¡ Crucifícale, crucifícale ! , Pilatos ante la vista del pueblo se lava las manos.
Camino de amargura hasta llegar al Gólgota. Jesús cargado con su cruz; anochece en Badajoz. Silencio ante un Cristo que cae y se levanta, rostro ensangrentado. Cristo de La Espina.
Y en su largo caminar, solo aliviado por el Cirineo. Jesús del Amparo.
Desde la otra margen del Guadiana, nos llega el rostro expirante del Cristo de la Angustia., Evocación de la Séptima Palabra de Jesús en el madero. ¡ cormoranes dormidos, despertad, que pasa Jesús !
Rostro sereno, tranquilo, rostro de redención. Cristo de la Paz, identidad de un barrio, San Roque, que en la madrugada de la muerte del Hijo del Hombre no duerme. Negro, rojo. Aurora de un nuevo día. ¡ Vedlo, es el Cristo de San Roque ! Mi Cristo de la Paz.
Ha muerto. Todo ha terminado después de una larga agonía. Habló con los soldados, a los ladrones, a su Madre, a su discípulo amado y como no, al Padre. Cristo de la Fe.
Todo se cumplió, inclinó la cabeza y entregó su espíritu.
Cuerpo sin vida, desclavado y sostenido por José y Nicodemo, mirada dolorosa de Juan. Grupo hermoso donde los haya. Recio abolengo en la Plaza de San Andrés, despacio capataz, que no ha muerto, solo duerme.
Depositado en una urna, ojos cerrados, llagas coaguladas, color macilento. Cristo Yacente. Cristo enterrado y vigilado.
El Rey de los Judíos, vive. Cristo ha resucitado. No hay dudas; palomas surcan el cielo de la Plaza de España.
El Hijo de Dios, el Rey, ha vencido a la muerte.

Isabel Oliveira Laso (Cofrade de Badajoz )

3 comentarios:

José Mª dijo...

Como siempre una delicia leerte. Un abrazo.

Pepe dijo...

Creo que Sala de Cabildos es uno de los mejores blog de la Semana Santa por su contenido, tanto en fotografías como en artículos relacionados con la S.S. de Badajoz.
Enhorabuena Agustín y Felicitaciones a Isabel.

Francisco José dijo...

No se puede poner en duda la afición, la ternura, el apego y la pasión que tienes Isabel por nuestra Semana Santa y todo lo que la rodea.

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