¡Ay!,que ya no puede más
con el peso del madero.
Por tercera vez,Jesús,
de cansancio va cayendo.
Lleva una rodilla en tierra
y en un peñasco los dedos
de una mano,y con la otra
sigue la Cruz sosteniendo.
¡Ay!,que ya no puede más
con el peso del madero,
y siendo carne de Dios
besa humildemente el suelo.
Toda la Gracia hecha carne
en Jesús el Nazareno,
es más Gracia por jugar
al Poder,pero no quiero.
Es la gracia del Perdón
sobre la tierra del Cielo.
Viene por la madrugada,
bajo un manto de luceros,
con un sayón que le obliga
y un centurión,"caballero"
que va indicando el Calvario
donde en la Cruz Dios fue muerto.
Triana no hizo los clavos
ni en su yunque ni en su fuego.
Triana no podía ser
más que un Santo Cirineo.
Una brisa de amargura
hace su dolor moreno
y un compás de martinete,
con hondo estremecimiento,
de los fuelles suspirando,
y del machacar del hierro,
va fraguando la saeta
que es cante de su consuelo.
Y va Triana detrás
de Jesús el Nazareno
para levantar su Cruz
hecha de barro alfarero.
Y Triana va detrás
mitigándole su peso,
hacha barca y vela blanca
en Rosario marinero.
Y va Triana detrás
(ceramista,cante,fuego)
para ayudarle a llevar
todo el peso del madero.
¡Ay!,que se va a levantar
Jesucristo el Nazareno.
¡Ay!,que se levanta ya
bajo un manto de luceros.
Triana se ha convertido
en un Santo Cirineo.
POEMA: FLORENCIO QUINTERO