domingo, 21 de febrero de 2010

Tu Soledad



¡ Quién le iba a decir que desde el momento que se ofreció temblorosa, se acercaba un futuro de soledad y dolor que entonces no podía siquiera imaginar ¡

Con un SI, el Hijo de Dios tuvo rostro de hombre. Ojos color de un mar azul ante el anuncio.

LA SOLEDAD DE LA VIRGEN. VIRGEN DE LA SOLEDAD

Soledad de María, soledad en Belén, que preparaba sus ojos para ponerlos solo fijos en El. Ojos color verde, esperanza del Hijo.

A sus doce años, y durante tres días abandona a su madre.

- ¿ Porqué me buscas?

- ¿ No sabes que yo debía estar en las cosas de mi Padre?

Preparaba a su madre para vivir en soledad, porque llegaría un día que la dejaría en una soledad total y absoluta. Ojos negros como la noche. Solitarios ojos.

Viernes Santo. No hay soledad más grande que la de una madre que pierde a un hijo. Su propia vida se va con él. Soledad que solo se puede sentir cuando se ama mucho.

Acabas de entrelazar tus manos, lo has tenido en tu regazo; en tres años de vida pública lo han seguido y adorado. En tres horas lo han roto, desfigurado y matado. Alisas su pelo y su barba. Su palabra muda, pero viva.

En esta noche Madre, no puedo entregarme al sueño, te acompaño en tu dolor y en tu soledad, como tampoco pudieron dormir aquella noche los ciegos, los enfermos, los paralíticos, las prostitutas …

¿ Quién consolará a los novios cuando falte el vino en su boda?

¿ Quién dará de comer a los pobres panes y peces?

Llorará la uva en el viñedo y el trigo en el trigal. Vino y pan.

SILENCIO¡¡¡¡ Pasa María en Soledad

En la recoleta plazuela un río de personas se agolpa para presenciar la llegada de La Señora que vuelve a la soledad de su ermita.

Mucho cuidado, capataz

cuando a la llamada de tu voz

hagan tos la levantá

Porque es la Madre de Dios

la que en su ermita entrando está.

Dónde vas Soledad con esa pena,

deja ya de llorar

que los ángeles del cielo

han encontrado consuelo

para calmar tu penar. SOLEDAD

Ahora te vuelves para despedirte, plegarias por doquier de alma pacense, estremecida de ver llorar a su Madre y entre ellas la de ésta tu humilde hija, plegaria hecha oración y consuelo.

Recibe mi angustia y toma

en tus manos mi ansiedad.

Y séame por piedad,

Señora del mayor duelo,

tu soledad sin consuelo

consuelo en mi soledad.

( Pemán )

A todos aquellos que un día estuvieron conmigo en mi soledad

Isabel Oliveira Laso



1 comentarios:

Anónimo dijo...

Que te puedo decir o escribir, MARAVILLOSO¡ un beso parati y un fuerte abrazo para tu esposo.Denegroyazabache.

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