jueves, 15 de octubre de 2009

¿Nos estamos Sevillanizando?

Rotundamente no. Y siento de veras que haya gente que no comparta esta mi humilde opinión que no aspira a ser otra cosa que eso precisamente, un juicio de alguien que, por cierto, ha vivido la Semana Santa pacense desde su más tierna infancia, y lo que es más importante, dentro de la Junta de Gobierno de una de nuestras más conocidas cofradías y que también conoce los entresijos de la Semana Santa Hispalense. Por este motivo me gustaría bucear en nuestra más reciente historia como testigo de lo que, a continuación expongo y, ya de paso, acallar comentarios de quienes, casi con toda seguridad, ignoran la mencionada historia. Yo, posiblemente y porque los años no perdonan, puedo jactarme de haber sido testigo, hoy ya de excepción, pues por desgracia, quienes de verdad podían narrarlo, gozan de la paz de Dios.


En alguna que otra ocasión he tenido que escuchar que, por ejemplo, los pasos se llevan al estilo sevillano cuando en Badajoz tienen su característica forma de andar. Quien así se expresa demuestra un gran desconocimiento de los muchos avatares por los que han pasado nuestras Hermandades y Cofradías a lo largo de los últimos 30 o 40 años aproximadamente, cuando los costaleros eran en su gran mayoría gente humilde que, con una almohadilla casera en el mejor de los casos, trataban de ganarse un jornal destrozando su cerviz, cada uno de los días sacrosantos. No existían ensayos y, portaban los pasos a ritmo de tambor y pare usted de contar. A esto había que sumar que, tanto detrás de los pasos de misterio como en los de palio, esto es un decir porque, si la memoria no me falla había tan solo tres: La Virgen de la Amargura, la Virgen de las Lágrimas y la Virgen de la Soledad, iban acompañados por bandas de cornetas y tambores con un escaso repertorio musical.


Como las reivindicaciones salariales de estos costaleros eran imposible de ser asumidas por las cofradías, se optó por unos impersonales chasis con cuatro ruedas y cinco empujadores y medio con lo que, para qué contar la triste mecida de los pasos. Después llegaría la Asociación de Capataces y Costaleros de Badajoz que, con un joven ímpetu, consiguieron poco a poco y con constantes trabas, darle un impulso a una Semana Santa que estaba en peligro de extinción. Es decir, que nadie venga a ponerse medallas porque los verdaderos impulsores de lo que hoy es nuestra Semana de Pasión ha sido la citada asociación que, no dudaron en irse a aprender a la más grande de las Universidades Cofrades. Para que nos entendamos: Sevilla. ¿O es que iban a meterse en la trabajadera para simplemente mecer el paso a ritmo de tambor? Y lo mucho que aprendieron, lo vemos cada Semana Santa en nuestras calles no sin cierto orgullo.

Después, como es lógico y normal, han surgido cuadrillas en el seno de algunas Hermandades y Cofradías y que, al igual que los que pertenecen a la ya histórica asociación, su reconocido trabajo lo hacen por amor al arte en una sociedad que lo primero que hace es poner la mano por delante. Y, por si fuera poco, consiguen emocionarnos ¿Se puede pedir más? Creo que no.

Pero, los amigos de ese vicio tan español y que no es otra cosa que censurar, no se atreven a reconocer lo que es una evidentísima realidad y se preocupan también del vocabulario o léxico que utilizan la mayoría de los capataces pacenses y que, como no podía por menos, es el que habitualmente se utiliza en Sevilla. ¿Tan grave es la cuestión en sí? Por el amor de Dios. Nos duela o no, Sevilla es la madre y maestra de este invento por el que tanta afición sentimos y repito, si no se hubiera aprendido de Sevilla, posiblemente nuestra Semana Santa se habría perdido por los callejones de la memoria.

Quien lo vio y lo vivió puede dar fe de ello con dos honrosas excepciones: El Cristo de la Paz y La Virgen de la Soledad en su procesión denominada del Rosario a los que nunca les faltaron hombros anónimos para pasearlos por Badajoz.

Así que, de Sevillanismo, nada de nada. En todo caso sevillanía pacense ¿Se puede aguantar tanto arte?

Gabriel Enrique Sardina Sánchez

2 comentarios:

Luis Manuel Leal Villares dijo...

Pues querido amigo esta vez estoy deacuerdo a medias.Totalmente cierto que fue la asociacion de costaleros la que impulso el movimiento costalero en la ciudad,y fue despues de recoger un Domingo de Resurrecion dicha cofradia.Yo tuve la gran suerte de ser uno de los primeros y pertenecer a una de sus primeras junta de gobierno,cuando nos llamaban locos y nos despedian de algunas Hermandades con cajas destempladas.
Hay que sevillanizarse para lo bueno,y me explico,trabajar con costal bien igualado,vestir a las imagenes con gusto exquisito,restaurar imagenes con criterio,acompañar a los titulares con buenas formaciones musicales,poner ciriales que anuncien la llegada del paso e incienso para perfumar el recorrido etc,pero no estoy deacuerdo en que desaparezca la identidad de nuestra Semana Santa,no hay que sevillanizarse para cambiar el clasico paso corto y abierto de la Soledad en la procesion del Viernes Santo,por ser tradicion,o querer cambiar el tradicional paso del Cristo de la Paz,como en cierta ocasion se intento haciendolo de costero a costero, porque no resultaba,o poner palermos en vez de seguir con los cirios señales,o esa a veces abusivas voces delante o detras de los pasos,sabiendo que a veces es necesario,pero insisto si se aprende hay que aprender bien,si no es asi mejor estarnos quietos,que las copias si son para bien bienvenidas sean,pero si van a ser malas hay que dejarlas.
A la pacense manera, He acabao.
Es solo mi humilde opinion,y por supuesto sin animo de crear polemica.Este blog se hizo para compartir opiniones,con respeto,y asi seguira siendo que ya se encarga el amigo Agustin de que no pase lo contrario.Saludos cordiales y hasta la proxima.

JuanFra Oreja dijo...

No es sevillanizarse, es buscar una manera mejor de pasear al Hijo de Dios o a su Madre, y no hacerlo de forma estrambótica u horrorosa.
Hay que pasearlos con mimo y dulzura.
Al igual que sucede con los exornos florales, hay que decorarlos primorosamente, en lugar de dejar las flores en las jarras como si los hubieran tirado.
Y de igual modo sucede en el tema de Costaleros, mirar por la salud de ellos, mediante buenas igualas, trabajar con ropa si no buena medio decente...,al igual que si el capataz te ha igualado en un sitio, por que es donde mejor se reparte el peso en tu cerviz con respecto a tus compañeros, y tienes que trabajar supuestamente con la visera del costal a la altura de las cejas, y ves a tios con ella por la coronilla, esos no van haciendo nada, le van chupando la sangre al compañero de al lado, por supuesto del que se rien por llevar el costal tapándole los ojos, pero que es el que va trabajando por derecho, y sin fisuras.
Ahora la culpa no la tienen ellos, la tiene el Capataz, que los ve así y no les corrige.
Que el pinturero o profesional por llevar las cañas remangás, o el costal así se coma los kilos, que nosotros somos muy hermanos de la cofradía y el no. Es un mercenario.
Por lo tanto, que me desvio del tema en cuestión, no es sevillanizarse, es hacer las cosas bien, pero como dice luisma, bien, sinó es mejor dejarlas como están.
Una última cosa, yo soy del pasito corto y abierto hasta la muerte, por que así bebí esa tradición de una fuente muy antigua, de mi padre y el a su vez bebió de otros viejos, para que esa tradición no se rompiera, ni se rompa nunca, para los que vengan.
Papa, aquí tienes una rama de un arbol muy grande y antiguo, que luchará para que las ramas nuevas y jóvenes que vengan, sigan bebiendo y creciento de esa tradición, que nadie sabe a cuando se remonta.

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