CON LA VENIA
A muchos cofrades nos encantaría empujar el calendario, quitarnos de encima estos calores y empezar a soñar con una nueva Semana Santa que, querámoslo o no, llegará a su debido tiempo. Ello no debe de implicar que con la canícula que padecemos y con lo que algunos denominan “fin de curso cofrade”, pongamos en nuestra propia fe el cartel de “cerrado por vacaciones”, cosa que suele suceder con excesiva frecuencia cuando, ya con las ilusiones perdidas por los callejones de la memoria, no volveremos a encontrarnos hasta que el aire huela a incienso, mientras que nuestras Sagradas Imágenes, reposan en sus respectivos altares esperando la oración y la visita de quienes, se supone, son sus fieles devotos.
No es menos cierto que la generalidad las sedes canónicas cierran sus puertas durante los meses de julio y agosto, aunque con unos servicios mínimos, como si Dios y su Santa Madre necesitaran del descanso estival. Mientras tanto, las pocas Cofradías y Hermandades que tienen sede propia, reducen la plantilla hasta lo más mínimo mientras que el resto que, aunque parezca increíble, tienen intención de proseguir con sus cultos, se dan con un palmo en las narices pues, la obediencia, en muchos casos, ordenes de los que rigen nuestras Iglesias, como dueños y señores que son, no se andan por las ramas y “esto es lo que hay”.
Desde hace tiempo, y con las que nos está cayendo encima, me malicio que nuestra católica Iglesia, no ha sabido asumir el manantial de fe que se aglutina en torno a las cofradías. Sí es verdad que son escasos los cofrades que participaran de lleno en las actividades de sus respectivas hermandades, como también es verdad que hay Juntas de Gobierno, cuyos procesos electorales dejan mucho que desear, se han convertido en cotos cerrados desconociendo el significado de la palabra hermano.
En fin, que con la venia que me concede gentilmente esta “Sala de Cabildos”, uno, que todavía tiene la valentía de proclamarse Católico, Apostólico y Romano, como otros muchos a los que considera hermanos, espera y desea que esta afición nuestra de sacar procesiones a la calle, sea una autentica manifestación de amor y fe. Es y será la única forma de que, ahora más que nunca, desde Palacio, se conciencien que esto es algo más que una tradición. Eso sí, para ello, será necesario que nuestro comportamiento sea el de verdaderos cristianos.
Gabriel Enrique Sardina Sánchez.
100 AÑOS
-
Son 100 años de devoción estudiantil.
Felicidades a los hermanos y hermanas de la Hermandad de los Estudiantes
de Sevilla por estos 100 años de su fu...
Hace 1 semana
3 comentarios:
Este Calbildo cada dia resulta mas interesante. Buen fichaje, si señor, buena pluma y mejor persona. Suerte en este nuevo apartado y a seguir ¡
Gracias, Pepe, de todo corazón.
Se puede decir mas alto,pero no mas claro.Los altos cargos de Nuestra Iglesia,consintiendo lo que no esta en los escritos por que no quieren escandalos,y al mismo tiempo renegando de las Hermandades.Esto de renegar no es nuevo y creo en mi humilde opinion,que se llama envidia.¿sera por que ellos no tienen la capacidad de tener miles de personas viendo un desfile procesional?creo sinceramente que tienen muy poca capacidad de atracion,y todo lo que a los señores le haga sombra,ya estamos fastidiados.
Publicar un comentario