Desde el pasado viernes La Virgen de la Soledad se encuentra en el barrio del Cerro de Reyes en visita pastoral. Será hoy domingo cuando vuelva a su ermita. No cabe otra palabra que decir que impresionante al recibimiento de los vecinos a la Patrona. Con delicadeza y gusto, se había preparado al Titular de la Parroquia, Jesús Obrero, pero encontrarse con su Madre. Todo el barrio volcado con la Señora y con Jesús Obrero. Se vivieron emotivos momentos como en la presentación de los niños ante la Santísima Virgen, o cuando ante la vivienda de algún enfermo se rezaba por él y se le entrega un rosario. Un barrio que volvió a entregarse como hace 10 años, cuando con motivo de la bendición de esta Parroquia también fue visitado por la Santisima Virgen de la Soledad.
domingo, 17 de junio de 2012
La Patrona visita el Cerro de Reyes
Desde el pasado viernes La Virgen de la Soledad se encuentra en el barrio del Cerro de Reyes en visita pastoral. Será hoy domingo cuando vuelva a su ermita. No cabe otra palabra que decir que impresionante al recibimiento de los vecinos a la Patrona. Con delicadeza y gusto, se había preparado al Titular de la Parroquia, Jesús Obrero, pero encontrarse con su Madre. Todo el barrio volcado con la Señora y con Jesús Obrero. Se vivieron emotivos momentos como en la presentación de los niños ante la Santísima Virgen, o cuando ante la vivienda de algún enfermo se rezaba por él y se le entrega un rosario. Un barrio que volvió a entregarse como hace 10 años, cuando con motivo de la bendición de esta Parroquia también fue visitado por la Santisima Virgen de la Soledad.
lunes, 11 de junio de 2012
Caridad en su sentencia
"Pilato decidió hacer lo que le estaban pidiendo; así que
dejó libre al hombre que habían escogido, el que estaba
en la cárcel por rebelión y asesinato, y entregó a Jesús a la
voluntad de ellos"
martes, 5 de junio de 2012
lunes, 4 de junio de 2012
Mayor Dolor
Si yo pudiera, Señora,
ser paso de palio,
de mis brazos te haría
tus varales torneados,
de mis ojos, luz de cirios,
jarras de plata mis manos,
con el oro de mis versos,
todo un poema tu manto.
El alma, esa la pondría
como un pañuelo blanco en tus manos,
para que yo enjuagara tus lágrimas
y yo bebiera de tu llanto.
No llores, Madre mía,
que juntos vamos llorando.
Tomás Peña Durán
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